martes, 13 de marzo de 2012

Un mundo húmedo espera el ritmo de un tambor...

Días en los que te levantas triste y no sabes porque, esperas que al día siguiente ya no esté esa sensación pero se queda ahí. Sabes sutilmente el porque puede ser, pero tampoco lo vas a pensar mucho porque ni arregla ni empeora, son cosas diferentes.


Cabeza cansada y un montón de lágrimas que todavía no han salido pero están buscando el momento (como siempre será inoportuno) y luego no podrán parar durante un buen rato. Complicación sobre complicación todas arrastradas ninguna consigues solucionarla a tiempo y luego caes en la pereza del “¿Ya para que?” te lo callas y hombro arriba.

También le gustaría ser el gran mundo para alguien, la sonrisa de por la mañana, la necesidad de que pase el día cuanto antes o un simple mensaje de “¿Que tal?” que lo diga todo sin revelar nada. Una pelea que se acabe con un beso y ese brillo en los ojos.

Si no es que quiera una vida normal, solo una un poco más fácil por favor.

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